Cualquier persona ha probado a gritar en zonas de montañas para escuchar su propia voz pasado un tiempo, a veces es rápido y otras veces tarda un poco más de tiempo.
Eso es el fruto del rebote de nuestra propia voz que se halla con algún obstáculo y regresa hacia nosotros de nuevo, esto se llama reflexión acústica y depende de la distancia a la que se encuentre el obstáculo que la devuelve, ya que cuanto mayor sea la distancia entre el obstáculo y nosotros, mayor sera el tiempo que tardemos en volverlo a escuchar, y cuanto menor sea la distancia, menos tardaremos en escucharlo, pero hasta un límite, ya que si hay demasiada proximidad, no identificaremos dos sonidos, si no solamente uno.
El sistema auditivo humano no puede diferenciar dos sonidos si el tiempo que existe entre ambos no supera los cincuenta milisegundos. Si oímos ambos sonidos con una diferencia de tiempo de menos de cincuenta milisegundos lo escucharemos como reverberación, por el contrario si pasa de este límite, nuestro cerebro deduce que hay dos sonidos y lo percibiremos como eco.
Siendo más concretos indicaríamos que el oído humano puede diferenciar separadamente sensaciones que estén por encima del tiempo de 0,1 s, tiempo de persistencia acústica para sonidos musicales y 0,067 s para sonidos secos, como por ejemplo un golpe.
Si el oído humano capta un sonido y, después de los tiempos indicados, capta el sonido reflejado, se percibirá el efecto eco.
El término eco proviene del griego, el cual es un personaje de la mitología griega.
Eco es una ninfa de la montaña del monte Helicón, la cual por un engaño a Hera, diosa del hogar y mujer de Zeus, esta cuando descubrió dicho engaño, maldijo a Eco a repetir las últimas palabras que decían los demás.
El término eco proviene de un personaje de la mitología griega. Eco fue una ninfa de la montaña del monte Helicón, la cual por un engaño a Hera (diosa del hogar y mujer de Zeus) fue privada de la facultad de hablar, sólo podía repetir las últimas palabras de lo que decían los demás.
Una cosa que tenemos desde nuestra infancia tan presenta, como cuando ibamos a la montaña y pegabamos un grito para que saliera esa voz tan característica, y lo poco que sabíamos de porque se produce!! Qué curioso! Buen artículo!